martes, 28 de diciembre de 2010

No nos conocemos, pero es como si hubiera estado una vida junto a ti.

Paula se sienta en el banco y, cuando Ángel lo va a hacer a su lado, pone la mano para evitarlo.
- Espera.
El jóven no entiende que ocurre. ¿Se ha enfadado?
- ¿No quieres que me siente a tu lado?
- Desfila para mi.
Ángel no sabe si reírse o tomarselo a broma.
- ¿Lo dices enserio?
- ¿Tú ves que me ves car de chiste? Desfila. Quiero comprobar si esas descripciones que hacías de ti mismo en el MSN eran ciertas.
- De acuerdo. Pero luego tú, ¿vale? Promételo.
Paula acepta la condición. Cruza los dedos , les da un besito y lo promete.
[...]



- Es cierto, pero hay una cosa que decías en la que no estoy de acuerdo.
- ¿ En cuál?- pregunta curioso.
- Tienes buen culo. No "normal", como decías. Me gusta.
Ángel no puede evitar una carcajada mientras se acerca a Paula:
- Ahora tú. Lo prometiste.
- Espera, aun no he terminado. Agáchate.
El jóven suspira. No entiende, pero obedece. Tiene su cara justo enfrente de la de la chica.
- Mírame fijamente a los ojos.
Ambos sostienen la mirada unos segundos. Unos segundos larguísimos. Unos segundos sin fin.
- Sí, son azules- dice ella por fin.
Pero sus miradas no se desvían. Sus ojos siguen fijos,los de cada uno en los del otro. Los ojos de cielo de Ángel. Los ojos color miel de Paula. Uno perdido en el otro.
- ¿Puedo pedirte algo?- pregunta Ángel.
Ella sonríe.
- No hace falta, amor. Puedes besarme.

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